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El futuro de la portería parte de la cantera

El Celta de Vigo ha cambiado de rumbo en la portería tras las lesiones de Rubén Blanco y la falta de convencimiento por parte del técnico, Eduardo Coudet, lo que llevó a fichar a Dituro y Marchesín. Sin embargo, la grave lesión de Marchesín, que estará de baja durante 8 meses, ha propiciado que la cantera recupere la portería.

Iván Villar, que había salido cedido en busca de minutos, ha demostrado ser un portero sobradamente capacitado para asumir la responsabilidad de un puesto clave que, a menudo, ha estado bajo sospecha. El joven portero de Aldán ha salvado puntos para el equipo con notables actuaciones y se perfila como valor seguro para el Celta en los próximos años. Además, su peso en la gran mejoría defensiva experimentada por el equipo en las últimas jornadas es incuestionable.

El club ya no se plantea fichar portero en el próximo verano porque está «muy contento» con el rendimiento del joven cangués. El Celta mantiene su fe en Rubén Blanco, cedido esta temporada al Olympique de Marsella, y se propone recuperarlo para el próximo curso para que ambos porteros compitan de nuevo por la titularidad en igualdad de condiciones. El tercero en discordia será Marchesín, al que le resta otro año de contrato, pero estará de baja hasta bien entrada la temporada.

Villar ha sido clave en el cambio de rumbo en la portería y su excelente rendimiento en las últimas semanas han reforzado la confianza que el club siempre ha tenido en él. El contrato de Iván Villar expira en junio de 2024 y el club cuenta con él para los próximos años. Por su parte, Rubén Blanco ha sufrido lesiones constantes en los últimos años que habían frenado su carrera, pero ha reactivado su juego con buenas actuaciones en Marsella cuando ha tenido oportunidad de jugar. El mosense tiene contrato con el Celta hasta 2027 y el club ha pensado en él como su portero de futuro desde que debutó a los 17 años.

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